Se habla mucho en estos últimos tiempos sobre consciencia, sobre iluminación y sobre felicidad sin darnos cuenta que muchas veces nos perdemos en buscar definiciones absurdas a sentimientos que son muy difíciles de concretar con palabras.

El lenguaje se ha creado para que todos podamos entendernos pero está claro que ese mismo lenguaje no alcanza, en muchas ocasiones, a describir con exactitud muchos de los sentimientos que somos capaces de sentir los seres humanos.

Y de eso quería hablarte hoy, de sentimientos. Para mí y sin que suponga ningún dogma de fe, la iluminación, la consciencia o la felicidad son estados elevados del ser humano. Y lo digo así, siendo plenamente consciente que es muy difícil explicar con palabras según que tipo de sentimientos que los seres humanos somos capaces de sentir.

Por más que nos empeñemos siempre habrá estados del ser tan elevados que las palabras no alcanzaran a definirlos. Y gracias a Dios que así es y continuará siendo por los tiempos de los tiempos ya que si ese estado del ser pleno, iluminado y consciente se pudiera condensar en una palabra algo mal estaría funcionando.

Y eso es lo que nos ocurre en demasiadas ocasiones. Queremos sentirnos de una determinada manera, perseguimos este sentimiento durante años, incluso durante toda nuestra vida sin saber que nuestro estado natural ya es lo que buscamos, aunque idealizando determinadas palabras nos hayamos perdido en la superficie y seamos incapaces de llegar al fondo.

Llevo ya algunos años en el mundo del desarrollo de las personas y tengo la gran fortuna de haber compartido grandes momentos con personas increíbles las cuales me han ayudado a crecer como ser humano y a las cuales yo también he podido acompañar en su crecimiento personal.

Y cada vez me estoy dando cuenta de algo que quiero compartir contigo:

 

“Somos aquello que tanto perseguimos ser”.

 

Nuestro estado natural nos convierte en seres sobrenaturales aunque en demasiadas ocasiones solo entendamos esto, en el mejor de los casos, a nivel intelectual.

No dejamos de hacer cosas para obtener más cosas y nos hemos desconectado de nuestro estado natural que es “simplemente SER”.

No es que ya lo llevemos todo de fábrica para ser felices o encontrar la plenitud y la felicidad, simplemente es que ya somos plenitud y felicidad porque somos puro AMOR.

Somos un amor que con el paso del tiempo parece que ha ido desconfiando de el mismo hasta ceder las riendas de la vida a su antónimo, a su opuesto en este vida, que no es sino otra emoción, otro estado del ser pero en este caso no tan elevado y no tan lleno de energía, el MIEDO.

En esencia somos energía, somos pura luz con un claro mensaje contenido en cada una de nuestras células y en nuestro ADN que es el mensaje del AMOR. Simplemente que hemos desaprendido a utilizarlo.

Y ahora tenemos una bonita tarea. Primero debemos desaprender muchas de las cosas que durante toda nuestra vida llevan enseñándonos intencionadamente mal. Debemos recuperar, y no solo a nivel intelectual, la certeza de que somos más que lo que nos han dicho que somos y que la vida, esta vida que tanto luchamos para sobrevivirla, es mucho más de lo que nos han dicho que es y no hace falta lucha alguna.

 

Si, ya lo se. Ya se que lo fácil es no creerme, pensar que me estoy volviendo loco o hacer caso omiso a estas “tonterías” espirituales pero solo quiero decirte la última cosa, aunque podría decirte muchas más y es esta:

 

“Solo existe un camino y no es el que ahora accidentalmente has creado para ser caminado. Solo existe una meta y no es nada exterior a ti sino que eres tu mismo. Solo existe un solo estado natural del SER y ese no es precisamente el estado del miedo o todos sus sucedáneos como estrés, ansiedad o angustia donde ahora moran tus sentimientos la mayor parte del tiempo. Y para acabar quiero decirte que, ni tus padres son tus padres, ni tus hijos son tus hijos, ni que nada te pertenece ya que todos formamos parte de la misma fuente, El Divino”.

Te deseo que pronto recuperes tu estado natural del ser, que dejes de perseguir objetivos para convertirte en el objetivo y espero que pronto, muy pronto, vuelvas a caminar por el camino del AMOR, el cual es el único camino que existe en realidad. De echo el AMOR, lo que somos en esencia tu, yo y todos, es el camino real.

Te dejo este video por si alguna vez en tu vida quieres conocer de alguna manera como empezar este camino. Hay muchos, pero para mi después de este, ya nunca fue lo mismo.

 

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