¿Sabes que muchas de las cosas que cuentas a los demás son cosas que te quieres decir a ti mismo y no te atreves? ¿Puede reconocer de una vez por todas que no te atreves a contarte la verdad? Admítelo, utilizas a los demás para verbalizar cosas que te dan pánico decírtelas a ti mismo.

¿Sabes? He descubierto con los años algo muy poderoso que trasciende cualquier disciplina de desarrollo personal que conozca y por supuesto, es más potente que cualquier herramienta que pueda ofrecerte.

¿Quieres saber que es? Redoble de tambor, máxima atención y allá va: Se honesto contigo mismo. Fíjate que en muchas ocasiones utilizamos a las demás personas para contarles cosas que no nos atrevemos a contarnos a nosotros mismos. Muchos de tus problemas o situaciones complicadas las verbalizas con las demás personas por el simple hecho de así no tener que asumir la responsabilidad.

Somos responsables únicos de todo cuanto nos sucede pero también somos responsablemente expertos en culpar a todos y a todo de nuestra situación. Cuando mantienes una conversación con una persona cercana y le cuentas tus problemas, toda la historia que le estás desarrollando es la historia que te tendrías que contar a ti y no te atreves. Una historia con personajes ficticios e inventados para no decirte a ti en donde te estás equivocando.

La honestidad con uno mismo es la piedra filosofal para llevar una vida higiénica mentalmente y espiritualmente en paz. Ser honesto contigo mismo te convierte en un ser vulnerable y cuando eres un ser vulnerable, ya me los has leído en más de una ocasión, eres libre porque no tienes que demostrar nada a nadie.

En cambio, cuando no eres honesto contigo mismo y te dedicas a contar una historia distorsionada por miedo a no asumir tu responsabilidad te estás convirtiendo, no solo en rehén de tus palabras, sino en prisionero de tu ego.

El ego es quien necesita reconocimiento y cuando uno es honesto consigo mismo y se sincera este virus llamado ego pierde mucho de su protagonismo. Por lo tanto te invito a que cada vez que hables con alguien y le expliques tus problemas, antes hables sinceramente contigo y pienses en lo que te ha llevado hasta aquí y como lo puedes hacer de una manera distinta para obtener resultados distintos.

Hablar con otros seres humanos desahoga pero puede ser un arma de doble filo y me explico:

Si hablas para justificar lo que te está ocurriendo está hablando tu ego e intentando demostrar la mala fortuna que tienes o las desgracias que se ciñen sobre ti. Como si tu para el mundo fueras tan importante. Espabila!!!!

O por el contrario puedes hablar con alguien sinceramente y utilizar a la personas como palanca de compromiso para compartir tu nuevo porvenir y decirles que cosas harás diferentes a partir de ahora para ser mejor ser humano, hacer mejor las cosas y obtener mejores resultados.

Ser honesto con uno mismo es una liberación. Ser responsable de tu presente, de tu pasado y de tu futuro es el camino más directo y placentero hacia la felicidad. No compartas penas con nadie más que no seas tu y cuando lo hagas que sea, no para fustigarte, sino para coger las riendas de tu vida y llevar tu barco a un nuevo puerto.

Es paradójico ver que en nuestra cultura occidental el bien más preciado es la libertad y como somos nosotros mismos que nos hacemos rehenes de nuestra historia personal. Hay algo que quiero decirte: todo pasa para bien. No hay nada que demostrar a nadie que no seas tu mismo. “No se trata de ser el mejor, sino lo mejor”.

No compitas, no quieras demostrar lo que no eres, no culpes a nadie de tus circunstancias, simplemente responsabilízate de todo cuanto sucede en tu vida. De esta manera cuando hables con alguien le demostraras algo que no es común y te hará diferente a la mayoría de seres humanos. Algo que genera confianza y empatía. Algo muy poderoso tanto para tu vida como para tus proyectos profesionales. Demostrarás honestidad.

 

Cuéntate verdad y el mundo estará a tus pies.

 

 

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